Siempre soñamos, sólo que no siempre lo recordamos por eso creemos no soñar.
No sé bien por qué se dé esto, quizá depende de un factor psicológico y el sueño sea una especie de mecanismo inconsciente de supervivencia y es que a veces obtenemos respuestas de los sueños no? No lo sé pero sé que en mi caso los sueños se presentan cuando hay algo psicológico que me incomoda.
Quizá sea por regresar a clases la otra semana, quizá sea por tener que ver gente tóxica e incómoda la próxima semana, quizá sea por sugestionarme lo que viene este semestre, es uno de los más pesados y con materias y maestros un tanto complicados, quizá sea porque me estresaron al dudar la fecha de entrada a la escuela me decían que debió ser el lunes pero estaba seguro que era la otra semana (y al final es la otra semana)... ya ni sé por qué ni cómo sólo puedo decir que vuelvo a soñar desde finales de la otra semana y son sueños extraños, creo que hay angustia inconsciente y eso no es bueno nunca.
Me gusta soñar porque al despertar tengo algo que pensar y a veces pienso en el sueño todo el día intentando interpretarlo hasta que me rindo y sólo me ayuda a ver qué pasa en mi vida más que ver lo que pasa en el sueño. No creo que podamos interpretar los sueños como un libro de receta pero sí puede ayudarnos a conocer el momento que pasamos.
Ayer soñé entre terremotos, gente que vi hace unos días y gente que no veía en años, claro gente que no me interesaba ver pero apareció, hace unos días soñé con una vieja amiga que no he visto desde hace tiempo pero retomamos un proyecto y creo que por cosas como esa es bueno soñar porque te sientes cerca de los que están lejos...
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Ahorita estaba actualizándome y encontré con la historia de Lobita que la verdad me animó la mañana:
En mi juventud tuve ciertas inclinaciones por las delicadas artes de la poesía. Era mi placer caminar por el campo lóbrego de mi natal Inglaterra y ocultarme entre los árboles robustos y jóvenes de los primeros días de primavera, tomar un libro de versos y recitarlos calmadamente, protegido así con el verdor lozano y alegre del campo y escuchado únicamente por los pájaros que sobre las ramas se posaban. De tarde en tarde, mi melancolía era tal que subían a mis labios los versos entristecidos de Quevedo, y musitaba al viento, con aires de gran declamador y con el corazón oprimido:
Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
venas, que humor a tanto fuego han dado,
medulas, que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejaran, no su cuidado;
serán cenizas mas tendrán sentido:
polvo serán, mas polvo enamorado.
Era entonces que mi alma se nublaba de dudas, de ideas, de añoranzas. Mi padre me crió solo, porque siendo yo un niño mi madre fue entregada a la muerte luego de una agonía trágica, de la cual, por suerte, me preservaron ambos lejos de conocerla o presentirla siquiera, y aquélla hermosa mujer de cabellos rizados y castaños, de ojos dorados y sonrisa franca que tanto alegrara los días de mi padre, expiró en la más alta quietud de una noche invernal. Su repentino deceso despertó en mi progenitor una gran angustia que no logró acallar ni con todo el vino ni con todas las fiestas del mundo, y al final, él también fue arrastrado por la siniestra Parca para que compartiera la hipotética eternidad con mi amada madre. Quizá fue durante ésa época de juventud que me atrajo intensamente el deseo curioso de saber si el amor, el tipo de amor más puro y sublime que pudiese llegar a sentir un hombre, podría sobrevivir como el alma a la tumba, o si acaso, hasta las llamas más poderosas de éste amor se apagaban junto con la vida.
Dejé de pensar en eso algún tiempo más tarde, cuando ya estaba yo sobre mi quinto lustro de existencia, decidido a nunca experimentar mayor pasión que aquélla que se representara en los libros de poemas, en parte por miedo a experimentar o provocar un dolor por la pérdida del ser querido, y en parte por mi propio egoísmo, que si bien nunca llegó a traslucirse en mí, sí actuaba ante los otros como un negro velo que me cubría y me alejaba.
...
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Vale la pena el final que hace mucho no leía uno así.
Vendedor ambulante
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Mi vocabulario no viene de la educación formal
Hoy lo revolucionario radica en lo tradicional
Con tantos cambios se pierde tu individualidad
Las modas pasan...
Hace 2 semanas.
2 comentarios:
lo malo es soñar cosas premonitorias, por ejemplo una vez soñe que me peleaba con un amigo que no veia hace mucho, lo llame, y tenia la enbarrada en su vida, fue medio raro, tener esos sueños, en fin saludos
Soñar es ver más allá de lo que solemos ver *asentmiento de cabeza al estilo político* O como diría Poe: "Las personas que sueñan de día pueden ver más cosas que las que sólo sueñan de noche", no tiene mucho que ver pero me acordé.
*O* gracias por tu nota final!!! :D
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