Día 3 (Miércoles)

Y cuando te vendes por un café (que aún no te pagan), faltas porque una parte de ti necesita el empujón, hablas con quienes no has visto en una semana, hablan frente a quienes no deben de algo que ya parece tabú.

Y al final, en el día nublado y sin igual desde hace tiempo, encuentras a una persona más trastornada que tú y vez que toda la gente somos tan iguales que da miedo ver tu realidad en otra persona.

Y sin encontrar esperanza, sigues escuchando, y no sabes qué dentro de ti cambió, pero sabes que algo pasó, en esa plática pensabas en que se había roto, pero luego preguntaste ¿algo se quebró? Y te das cuenta que en ese momento sólo algo cambió, para bien o mal pero sucedió.

Como recuerdas que los cambios que vienen de forma abrupta son los que asustan más, pero los cambios que esperabas desde hacía años son los que se asimilan sin pensar...

Ahora a esperar lo que venga.