Compañeros de rutas.

Y así como inició este año ahora, cierra. Creí que no viviría lo suficiente para verlo pero ahora que llega el ocaso puedo despedirme de todos los que pasaron alguna vez en este camino.

El año pasado fue un año de mucho cambio, nueva escuela, nuevas caras, nuevos retos... ahora este año fue monotonía, no puedo decir que hubo algo bueno más allá de los viejos amigos que están ahí.
Este año volví a andar con mis viejos amigos ocultos, volví a conocer el peso de la soledad y volví a conocer la liberación interna. No puedo decir que fue divertido pero debo admitir que me gustó volver a ese sabor de libertad, de olvidarse que alguien está tras de ti, que debes aferrarte a alguien.

Volví a cruzar caminos con viejos fantasmas y me preguntaron sobre mí, no los reconocí por eso no hablamos, los evité pero me siguieron y caí en la viejas trampas... torpe de mí. No me culpo, sólo que ayudé a las personas equivocadas, fui inocente, ahora puedo ver, y aunque seguiré manipulando tan sutilmente que no parecerá nada, ya no me dará miedo decir no. No supero fácil las cosas pero cuando veo la herida y el peligro me alejo.

No puedo decir gracias a los que pasaron, me lastimaron cuando creí en ellos, nunca les di la espalda pero ellos siempre mordieron la mano que los alimentaba, sólo cuando vieron que el final se acercaba fue que se unieron, pero era muy tarde. Me dan lástima pero espero que aprendan, ahora hago lo que les digo a muchos, ten un poco de dignidad y sigue tu propio camino.

Me gustaba ese camino lejos de los demás, sin piedras grandes, pero me aventaron de nuevo al camino de la normalidad y no me gustó, tal vez nunca encuentre gente tan genial como la que me levantó cuando caí, pero sé que hay mucha otra gente genial que estará y estará ahí.

Fingiré que nada pasó, que este año fue sólo un bache más, dañaré a gente el otro año... seguramente, pero no me importa, si nunca se preocuparon por mí entonces seré un poco egoísta.

Ahora seguiré mi propio camino, sin gritos allá, quizá nunca encaje ahí, quizá nunca madure pero sé que prefiero ser un ermitaño a un robot predecible, no rememoraré las viejas glorias, intentaré hacer nuevas. Caí de nuevo en el mismo hoyo y no lo vi, haber cuando rompo esos ciclos.

Hasta luego compañeros de ruta, hasta que nuevos caminos nos unan.