Hace un año no pensaba en mucho, más que salir un fin de semana, pensar que estaría en libertad y a mi ritmo...
Hace un año quizá tenía poco tiempo de haber llegado de visita a mi primer viaje que en 2020 realizaría.
Nunca pensé que pasaría no sólo un año, sino más de medio año en otra ciudad, lejos de casa, sin amigos ni familia. Y aunque las cocas no van de lo mejor, me siento muy tranquilo.
Hasta una caja sabe que la esperanza es algo a lo que nos aferramos con fuerza, porque es algo que nos hace seguir cuando todo parece ser... una pandemia más allá de un virus.
Encontré a un marqués,
abrí una ventana para que la lujuria escapara,
o quizá entre tantos traspiés,
pudo entrar un poco de locura.
Encontré una nueva ciudad,
pero me perdí entre sus luces,
caminando entre la minuciosidad,
de las calles y uno de bruces,
vine a caer en una trampa,
en la del destino y del golpe de una mano,
entre telarañas que son ya mi estampa,
o quizá un corazón no tan sano.
La vida ahra se resume entre tiempo, una pequeña aventura en el mundo, y los lugares oscuros de un corazón solitario, porque ni una gran ciudad es lugar para cuidar un corazón olvidado, pero quizá con este nuevo año...
Mientras llega algo, sólo puede decir que sigo respirando.
Espero mejores noticias para el futuro, no todo es malo, y me he divertido. Pero también he olvidado un poco el camino, ese que me hizo llegar hace más de medio año a un lugar tan desconocido.
No esperaba que la constancia se mi fuerte. Pero hay tantas cosas que ya he perdido por haber aceptado ganar un poco más de normalidad.
1 comentarios:
Un gusto tener noticias tuyas. Espero te encuentres de lo mejor con todo y como están las cosas.
Publicar un comentario