No me siento a gusto en la posición donde estoy, y sin embargo no es un camino difícil como otros, los que me marcaron, es un camino que inicié con lo que creí era el pie derecho pero parece que eran mis manos las que caminaban, porque no me siento a gusto ahí aunque al mismo tiempo parece ser la dirección indicada.
Estoy en una situación cómoda, la escuela, la casa, la familia... pero falta algo que se fue y no sé si dejó la huella que buscas. Es esa parte de mí que quiere salir y sincerarse de las cosas como antes, el poder demostrar la vulnerabilidad y sensibilidad de la persona acorazada, mostrar la herida cerrada, pero me da miedo el dolor si se abre.
Y lo peor es que divago tanto, me siento en parte perdido conmigo, son muchos cambios que no he podido asimilar y creo que por momentos vuelvo a esa esencia de la cual comencé a cambiar para encontrarme, o por lo menos encontrar una parte de mí. Pero es esa maldita sensación de no poder seguir avanzando porque algo más en ti te detiene.
Y en vez de sangre derramada existe ese charco de lágrimas que esperan penetrar el suelo impermeable o algún día evaporarse.
De nuevo ese miedo, de nuevo el miedo al qué dirán...
(PD: Irónicamente es la entrada numero 900)
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