Plantas humanas

Aunque todavía no llega tan lejos la ciencia la naturaleza avanza de la mano con todo, cuando creemos ser la especia más evolucionada y vemos a nuestros primitivos compañeros verdes creemos que sólo sirven para mantenernos con vida por producir oxígeno, pero no, la naturaleza va más allá con sus primitivos comportamientos.

Cuscuta Pentagona es un ejemplo, el producir oxígeno es el desecho de la alimentación de las plantas, algo que no les quita el sueño si producen o no, pero a nosotros sí.
Pero en este caso se observa en esta planta un comportamiento que sólo creemos los animales o humanos podemos presentar.


Originaria del América del Norte se considera una planta herbácea parasitaria. Es una planta que invade al huésped y al no tener clorofila ni raíces extrae el alimento como vampiro consumiendo los nutrientes de su víctima; sin entrar en muchos detalles físicos de la planta vamos a lo interesante, su comportamiento psicópata.

Y cuando creí que sólo en los humanos había salvajismo vengo enterándome que las plantas son malévolas máquinas de matar, como Chucky pero sin su cabello sofisticado. Aunque otras plantas también son parasitarias esta tiene la peculiaridad de que parece oler a sus víctimas.
Investigadores en la Universidad Estatal de Pensilvania proponen esta teoría al comparar una muestra con olor similar al del tomate ácido con una planta de tomate común, al enmascararse el olor con un frasco de vidrio el crecimiento de la planta se dirigió hacia el cebo con olor a tomate ácido que no era más que un palo con una porción de ese olor. Se eliminó la posibilidad de crecimiento aleatorio como se venía manejando tras probar otros experimentos que incluían agua coloreada y un papel filtro.


La Cuscuta P. no crece más allá de 10 centímetros antes de morir si no encuentra un huésped, depende de los nutrientes de la semilla pero es el promedio, al encontrar un olor (que no sólo se dispara por el mencionado en el experimento) la planta se dirige al huésped y lo abraza consumiendo sus nutrientes por medio de órganos de succión llamados haustorios, con lo que termina por matar a la planta huésped, es una plaga difícil de combatir por su crecimiento rápido (de 12 cm. al día) y debido a que los plaguicidas matan tanto al huésped como al parásito, afortunadamente no está tan extendida como otras plagas pero sí puede llegar a causar mucho daño.

Es interesante ver que una planta parezca oler a sus víctima y sobre todo porque carecen de los órganos que consideraríamos importantes como un cerebro, una nariz... quizá perciban moléculas de determinados olores a través de su tallo y por una activación mecánica conduzca el crecimiento de la planta hacia su huésped.