Lluvia

Sábado por la mañana, no hay clases, no hay presión, no hay nada que hacer... el día anterior un día difícil, casi doce horas en la escuela, sueño, trabajo, estrés, maestros que no llegaron y sólo no hicieron enfadarnos más.

Algo muy chistoso y vergonzoso que pasó. Estaba hablando con una amiga mientras esperábamos a la maestra, estábamos frente a la biblioteca dando la espalda al salón, como ya era tarde sabía que la maestra llegaría en cualquier momento entonces volteaba a cada rato para ver si no había llegado, una parte de la mente metida en la plática y la otra parte alerta si llegaba la maestra. En eso mi amiga saluda a una persona, volteo un poco y se vestía como la maestra, muy similar, por lo que en un impulso inconsciente le digo "hola" pero de esos holas que le dices a la gente que conoces desde hace años... cuando veo bien a la chica no era la maestra, no se parecía a ella, no la conocía ni ella a mí y claro tenía una mirada sobre mí como de "quién diablos eres?" y en mi mente sólo pensé que se abriera un absmo profundo y cayera en él... jaja fue el oso del día.

Bueno regresando al día de hoy, imagínense no tener nada que hacer un sábado, quedarse en casa, ver una película, despertarse tan tarde hasta que el cuerpo se haya recuperado de toda esta semana pesada, despertarse en una mañana de sábado lluviosa, nublada, sin preocupaciones... hasta mañana o cuando salgan.
En momentos así no puedo recordar el estrés de las cosas y entiendo por qué los placeres más pequeños de la vida son los mejores, como ver la lluvia caer.