En clase

Felices.
Estresan, mucho ruido, un examen y no he estudiado. Hablan más pero en el fondo es el mismo blanco y negro. Me escapo de nuevo en las letras, como ella se escapa en el dibujo y pintura.
Hoy por la tarde quizá cambie el mañana, y de nuevo en el papel de terapeuta de cartón intentaré salir del hoyo que me obligaron a entrar, y por la pérdida de la identidad no me resistiré a nada. Sin armas apuntando, a la oscuridad zambulliré, sin esperanza en el horizonte pero rescatando las cenizas de lo que alguna vez fui. La melancolía es mi nube maldita, los recuerdos mi último juguete y la soledad vuelve a sentarse a mi lado.
Me ofrece con esas manos frías lápiz y papel, e intentando escribir mi refugio, de nuevo las letras vuelven a salvarme.
La clase inicia, la inspiración acaba.

Hecho 8:55 am, reflejando un bache en la mañana. Hacia años que no escribía algo así, por eso el día de hoy pintó tan bien después de mi terapia de papel.