Los perros de mis vecinos

Ya van varias veces que les hablo de mis fastidiosos vecinos y fu fastidioso hijo que toca la guitarra la batería y no deja dormir, lo bueno es que ahora no lo ha hecho si no perdería la cabeza, pero ahora quiero contarles sobre sus perros,porque han tenido más perros en sus vidas que humanos en la Tierra.
Según mis cálculos, tienen dos hijos, se llevan entre hermanos algo así como 5 años de diferencia, en ese tiempo supongo que trataron de reemplazar el hecho de ser hijo único en ese tiempo con un perro y recuerdo algún primer perro cuyo nombre ni raza recuerdo, luego no sé qué pasó con ese perro de una raza parecida a la Terrier cuyo nombre se me escapa, ninguno de los perros duraba menos de un año pero la excepción fue este que duró poquito más de un año, de un día para otro no supe más de él.
Luego llegó el embarazó de mi vecina y supongo que por eso eliminaron perros durante ea época, pero como tienen una fascinación por ser mata animales compraron otro no sé en qué momento, algo que parecía un Chihuahua pero más grande, no sé sí realmente era un Chihuahua o no pero como tienen una fijación por perros pequeños supongo que por el tamaño de su casa que si bien tiene más espacio que la mía no es tan grande, y miren que vivo en una casa pequeña no tipo INFONAVIT (comparando con eso la mía es una mansión) pero sí es pequeña. El punto es que este nuevo perro de nombre Tobi estuvo durante varios años con ellos, diría como dos pero no estoy seguro si fue más, hubo como dos intentos de llevárselo y de hecho las dos veces el hijo más grande hacía berrinches al grado que se oía en toda la calle creo, así que los intentos por deshacerse del perro no servían de mucho, recuerdo que cuando se lo intentaban llevar el niño siempre se ponía jugar con Tobi el perro durante toda una semana hasta que le pasaba el encanto y lo abandonaba como siempre, supongo que ese era el problema, que los padres lo cuidaban.
Un buen día desapareció Tobi sin dejar rastro. Poco tiempo después compraron otro, creo que era un Poodle no lo logré ver bien porque no duró más de 4 horas hasta que el torpe padre lo atropelló tratando de salir con su camioneta, recuerdo ese día, el grito del pobre perrito al que le aplastaron la cabeza, los niños llorando y la madre neurótica reclamando al padre por qué no se fijó, el padre diciendo que debieron amarrarlo y el escándalo del odio de los niños hacia el padre... Recuerdo haber visto el perrito tirado a penas logrando respirar (nada chismoso no? pero el grito del perro fue horrible).
No hubo más perros durante un tiempo hasta hace un años que compraron otro nunca supe qué era ni si existió o no, sólo lo escuché ladrar unos días y nunca lo volví a escuchar. Hace como dos o tres meses compraron otro, no sé cómo se llama lo mencionan siempre pero no les pongo atención, es un mecanismo que aprendí a lo largo del tiempo, ignorar a esos vecinos, ayer vi que estaba en su azotea cosa rarísima porque son de esas personas que se creen adineradas pero sólo son apariencias y como so fresas no dejan que su perro haga las necesidades donde sea, el punto es que el perro feliz conociendo el mundo sin cadenas y me pregunté qué será ahora de este perro.
No sé por qué tienen perros, no deben cubrir necesidades por lo que parece, mamá, papá, hermanos, abuela, primos y tíos, no hay necesidad de perros pero quizá en su dinámica sí haya carencias que vean y yo desconozca y no entraré en detalles pero como no me gusta ver sufrir a los animales también los critico por tener perros que no cuidan, recuerdo que uno de sus primeros perros lo veía flaco como un perro callejero, y los paseos con perros son lo mejor, lo amarran durante una media hora al perro al árbol que está frente a su casa y ahí lo dejan encadenado mientras disfruta su gran paseo anual (sí porque lo hacen una vez cada mil años) pero ayer vi feliz al perro, me alegra que lo dejen libre aunque sea una vez en su vida porque se veía contento dando vueltas y corriendo, aunque sea 5 minutos de felicidad creo que hacen a diferencia entre una vida de estar amarrado esperando la muerte por culpa de unos dueños negligentes (conste que me controlé en los términos)