Y el mundo cambia...

Aveces nos creemos dioses y pensamos que el mundo es tan grande que podemos huir de todo lo que hagamos, que podemos sepultarlo y olvidar que alguna vez paso, que podemos borrar la mente de las personas y hacer que no recuerden, que podemos intentar cambiar lo que el humano ha hecho mal de un día para otro y fingir ante las futuras generaciones que no ocurre, ocurrió ni ocurrirá nada...
Pero no se puede fingir, tarde o temprano, estemos donde estemos el futuro nos alcanzará, un futuro que nosotros hemos creado desde hace miles de años naturalmente pero incrementado por el humano quizá desde la revolución industrial.
Creemos que podemos darle marcha atrás y claro que podemos pero no podemos aún porque no lo hemos intentado, apenas comenzamos a ver un cubito de hielo en al punta de iceberg que nos avisa que debemos actuar ya.
Los inviernos desaparece tras el cálido abrazo del verano, sus hijos e hijas primavera y otoño no duraran mucho y el invierno se convertirá tal vez en unos años en un eterno otoño para después seguir siendo sólo un verano eterno, un verano que nos consumirá, un verano que evaporara ríos, lagunas, lagos, océanos y por último evaporará la cordura humana y nos sumergirá en otro invierno... pero no un invierno cualquiera, será un invierno creado por nosotros mismos: un invierno nuclear. Las guerras aumentarían, la conciencia humana se fundiría como los polos en ese eterno verano, las vida moriría lentamente... aunque quizá no del todo. Pero nosotros no creo que sobreviviríamos porque no podemos adaptarnos a las condiciones, esa es la desventaja humana, no podemos adaptarnos a las condiciones nosotros adaptamos las condiciones a nosotros y eso es lo que podría significar el fin de todo dentro de poco...
Cada segundo, cada día, cada año... cada momento que pasamos sin hacer nada y sólo viendo el mundo llega a su fin, y no sólo por lo que nosotros hagamos sino por los ciclos que ocurren, por lo que los humanos perdemos, por lo que ganamos y por como vivimos. Dentro de poco el invierno quizá sea un recuerdo de añoranza escrito en algún libro viejo de historia que quizá nuestra cultura humana nunca vuelva a ver, pero quién sabe, quizá otra cultura sí lo haga.