Vivir en tierras latinas con esa gente alegre, con música en todos lados, ritmos propios y ajenos, mientras desayunas sonando música en todos lados, siempre en movimiento, no importa si es una gran ciudad o un pequeño pueblo pero encuentras movimiento y alegría.
Va más allá de la inherencia humana, es cultura. Caminando por mi ciudad encuentras en sus edificios la imposición de una cultura que atravesó un océano sin saberlo, el choque de una nueva civilización contrastada con la existencia de muchos antiguas y pasadas que poblaron estas tierras, el Monte Blanco como sería en español dominando las puestas de sol, mientras que al salir el sol se escuchan susurrar en zapoteco el despertar del rey sol.
No importa si usas saco y corbata, tarde o temprano te enfrentas a la mujer con rebozo y trenzas y su hijo en brazos vendiendo lo poco que cosechan para mantener a su familia, no importa si no tienes nada porque sólo en la riqueza existe el egoísmo, una sonrisa aunque sea pero rodeado de pobreza se crece. Es inevitable no porque uno es pobre pero asta ver que el legado de ahora es el resultado de la lucha de civilizaciones que incluso nunca pudieron ser derrocadas.
Ni las plagas pudieron abatir la geografía, los caminos y vueltas hacen de estas tierras un viaje épico y largo incluso vayas a sus playas. Conocidas pero de difícil acceso, el mar baña las playas de belleza así como las nubes ahogas en las montañas con su manto frío los bosques de niebla.
Alimentos y bebidas que se definen como el néctar de los dioses, quizá ahora la mayoría considere un sólo dios pero ni el tiempo ha borrado de as rocas y la historia el paso de las grandes deidades que una vez dominaron. na tierra de contrastes donde no importa lo más alto o lo más bajo sino lo más distante, porque todo se mide en cantidad y calidad. Derrumbada por terremotos y azotada por huracanes, afectada por la pobreza pero invadida de cultura, parece que las mismas montañas y depresiones forman una barrera contra el avance revolucionario.
Como toda gente latina, trabaja por quienes dependen de ellos y más por quienes necesitan, abrazan y cantan pero se dificulta demostrar porque la confianza fue afectada siglos atrás. La conquista llegó y aún se observa su legado, gente sumisa pero luchadora, una ciudad de cultura y costumbre, un viaje al pasado y un mosaico de colores. Lenguajes que nunca se volverán a escuchar, sonidos que compiten con las mejores notas de pianos y violines. Esta es mi tierra, ni siquiera las palabras pueden describirla, la experiencia más grande es de salir en la aventura y recorrerla por el tiempo que uno pueda.
Vendedor ambulante
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Mi vocabulario no viene de la educación formal
Hoy lo revolucionario radica en lo tradicional
Con tantos cambios se pierde tu individualidad
Las modas pasan...
Hace 3 semanas.
1 comentarios:
Priscila:
Hey! pareces enamorado de tu sociedad, pero dices ser antisocial ¿
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