Existen lugares en el mundo que sólo se pueden creer posibles en sueños, donde la naturaleza domina y parecer ser terna, incluso el tiempo parece estar alterado, donde las leyendas y cuentos algunas vez fueron tan reales como la belleza de esos lugares.
Cuenta una de esas leyendas que en la época donde se unía el Nuevo Mundo y el Viejo Mundo existía una mujer que resaltaba su belleza e inteligencia, como muchas leyendas sólo existe el recuerdo del eco a través del tiempo y poco o nada ya se recuerda de la realidad, lo que sabemos es que se encontraba en una alta posición por lo que muchos hombres la deseaban y seguían.
Ella vivía en un momento donde la humanidad seguía conectada con el cosmos como ahora la tecnología conecta personas, ese momento donde una hoja podía susurrarte tu pasado y el agua cristalina del río limpiaba tus ideas para dejar fluir la energía del universo. Es en ese momento que seguramente alguna persona que muchos llamarían "ancianos" o "sabios" decidió aceptar su petición de conocer el futuro.
Sumida en un trance que nunca había conocido la bella mujer se encontró sumida en medio de un cuarto azul, una construcción que nunca había visto, en el centro surgía un árbol desconocido pero que florecía en un techo formado de sus mismas ramas, con bellas flores de color blanco y misterioso, se encontraba de pie en un suelo de material duro y gris mientras cerca del árbol se podía sentir la anhelada tierra que hacía crecer el árbol. En el cuarto de color azul no se veía salida o entrada alguna y todo lo que podía imaginar es que ella llegó a través del árbol por medio de sus ramas. Escuchaba voces en un idioma desconocido y rápidamente el tiempo pasaba, viendo rostros sin cuerpos y escenas que eran borradas antes que pudiera distinguir, su cuerpo sin sentir o emoción lo veía torpe y no podía controlar, sus manos temblaban y no podía hablar, estaba más desorientada que nunca porque ni su nombre recordaba. Fue cuando la epifanía apareció, pequeñas hormigas color ámbar la rodearon y subían a su cuerpo como si la confundieran con el árbol, su vestido blanco que se confundía con las flores poco a poco se llenó de seres color sol al ocaso y lograron entrar a su boca y consumirla como si fuera un árbol nutritivo.
Fue cuando ella despertó sin poder explicar más, la persona que la acompañaba en este viaje espiritual logró entender el significado, una invasión de tierras desconocidas a su territorio, y la decadencia de ella como la gran mujer que era en ese momento, sin embargo no podía explicar más.
Cuenta la leyenda que pocos meses después y pasando por alto el recuerdo pero nunca olvidarlo decidió contraer matrimonio con uno de los mejores guerreros que se conoció alguna vez, comenzando con unas miradas y sonrisas que se transformaron en largas charlas al ocaso y anochecer, y poco a poco florecía el amor que dicen hizo crecer hasta las cosechas marchitas por el tiempo, un amor que pronto gestaría a otro gran guerrero.
Pero los tiempos cambian y los susurros del universo no deben dejarse de lado. Se rumoreaba que en tierras lejanas habían llegado gente de piel blanca y largas barbas, con ojos de color que contrastaban el negro profundo del universo y con sus pieles oscuras que se confundían con el barro, llegaba gente con un extraño lenguaje que no pudo ser descifrado, se dice que un gran emperador entregó objetos para que se pudieran ir pero parece que tenían otra intención. Fue cuando recordó la conexión con el universo, ella misma que engendraría un gran personaje pero sucumbiría primero ante los nuevos desconocidos y tarde o temprano su descendiente sucumbiría con el mismo dolor destruyendo lo que alguna vez fue sería su gran presente.
Consultando a la persona sabia dijo que habría una salida, los dioses no eran crueles pero tampoco tenían mucha compasión por los seres que habitaban la tierra, le dijo que podía pedirles ayuda a cambio de un sacrificio de rubí. Ella aceptó, y entendió que los dioses no están interesados en piedras o joyas sino en el valor de cada ser en el mundo. Durante 4 noches se dedicó a juntar 4 grandes piedras redondas del río cercano que hacía fluir el cosmos, y en el quinto día se las tragó, se cree que lo que alguna vez sería el gran guerrero fue aplastado por el peso del cosmos y que para purificar su alma y la del no-nacido la mujer fue inmolada en un templo junto a un árbol sagrado, donde la madera sirvió para incineras no sólo su cuerpo sino la maldad que asechaba a su pueblo.
La leyenda dice que si encuentras el centro de su aldea encontrarás un árbol que nunca deja de florecer rodeado por cuatro rocas y que de ese árbol cuando los animales no encuentran alimento brota una savia color rojo que les proporciona lo necesario para seguir. Se dice que está protegido por los dioses y que nadie se aventura por tierras desconocidas ante el peligro de no salir nunca. Como todas las leyendas que han llegado a nosotros es porque alguien tuvo que contarlas, incluso un gran guerrero después de sus batallas. Se dice que esa aldea nunca fue descubierta y que hasta ahora es un gran misterio dónde se ubica, lo único que se sabe es que una gran mujer se sacrificó con fuego por su destino y de sus seres queridos, seguramente su espíritu sigue vigilando en algún lugar verde y floreciente, y si escuchas con atención al agua puede que te susurre el camino para encontrar la tierra de la leyenda y conectarte con el cosmos.
1 comentarios:
Muy bueno. Me agradó.
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