Hojas amarillas para un té de confianza.
Miradas que aún despiertan mi desconfianza.
Antes eran letras que encendían mil llamas,
que en un abraso todo se borraba.
Otro idioma como el de las hojas.
Un idioma que habla del sol y el agua.
Profundidad en tus ojos ahora evaporada.
Fuego que consumen mi cordura.
Es cálido verano que me broncea.
Fue cálido otoño de tu piel morena.
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