Me encuentro en la noche meditando. Me encuentro perdido en mis ideas y ahí te encuentro.
Te encuentro en un momento que sabe a distancia. Siento el sabor de los primeros amaneceres.
Reflexionó sobre lo insensible que he sido contigo y me recuesto, guardo una lágrima porque mis penas han sido ahogadas en vivencias agobiantes de la realidad.
Recostado quiero pedirle a Dios y los que me oigan que te regresen a los días donde creías ver las rosas crecer.
Desesperado espero que vuelvan tus ideas blancas y alegres a tu corazón ya maltratado por mi.
No comprendo el mundo, pero no te mereces cargar con ese peso. Lamento haber dejado un autómata en tu vida y un esclavo en este lugar donde ahora se siente frío que no es de afuera.
Espero la luz en tu vida, esa que hace brillar un corazón.
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