La última publicación fue un 2 de octubre, dicen que nunca se olvida pero no puedo olvidar algo que no viví y que mucho menos me interesa, aunque fue algo que quizá en mi adolescencia debería haberme interesado, pero nunca fue así... como sea. Venía caminando y decidí hacer la buena obra con una personas, me iré al cielo por ayudarlos a empujar una camioneta por casi una cuadra, de eso deben aprender dos lecciones, la primera es que aún existen gente buena en el mundo (como yo, obviamente) y que deben hacer ejercicio si quieren hacer tal esfuerzo.
Caminaba por las aún desconocidas calles de la ciudad y no son desconocidas sólo porque no conozco sus nombres ni a dónde van, sino porque realmente aún me cuesta aceptar que estoy aquí, que terminé aquí. A veces pienso cuando veo a algunos otros que estamos de forma tan humana pero nos defendemos de forma tan humana, quizá a unos les sea más fácil seguir con su vida fingiendo que no pasa nada, yo lo hago pero también me pongo a recordar que no puedo vivir por completo así, que necesito un poco de conocimiento, necesito una ilusión o una forma de expresar.
Hay gente que ya no es un reto para mí porque no soy yo el que va por allá, es un reto el que puedo verme en el espejo y quizá es lo que no he logrado ver ahora. Enfrentar las crisis y problemáticas como hoy, una situación donde rompen esa burbuja, donde la más mínima mota de polvo rompe todo un edificio... me siento así, roto, sin sentido, sin rumbo ni energía, pero en el fondo porque claro que en la superficie sólo está la tranquilidad. Necesito romperme, necesito abrirme y salir. Espero que algún día pase.
Vendedor ambulante
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Mi vocabulario no viene de la educación formal
Hoy lo revolucionario radica en lo tradicional
Con tantos cambios se pierde tu individualidad
Las modas pasan...
Hace 2 semanas.
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