Pero luego creces y las cosas se complican, debes elegir tu ropa, debes ir al jardín de niños o la guardería, debes tener un horario, debes seguir normas, ya no puedes gritar y hacer berrinche para obtener lo que quieras, tienes que obedecer a papá y mamá y luego se complica porque tienes que obedecer gente extraña como los maestros o policías, o directores o soldados o sacerdotes o familiares o vecinos... en fin.
Para colmo llegan trabajos que en tu vida te van a servir como aprender a tocar la flauta, o saber cálculo integral, o hacer poemas, o hacer trabajos de investigación para preparar una tesis cuando ni siquiera sabes si terminarás el semestre (broma, pero sí es frustrante). Y luego se les ocurre a los padres que para colmo debes obedecer, dejarte más cosas como actividades extraescolares, o a los maestros que ni siquiera conoces dejarte tarea como si eso fuera a hacerte mejor persona.
Y finalmente cuando haces las cosas que te gustan sólo duran segundos porque debes seguir con tus actividades, y es cuando te preguntas ¿en qué momento se complicaron las cosas?
2 comentarios:
Se complica, a mi parecer, cuando te crean conceptos de preocupación por el antes y el después. O más concreto; con la sobrevalorización del pasado, y del futuro (que ni existe aún), en vez de resaltar lo importante que es el presente. Vives entonces preocupado por lo que ya hiciste, y por lo que será de ti en el tiempo venidero, en vez de hacer que el Hoy sea tu veta de oro a explotar.
A ese estado ontológico le llamamos "arrojo" lo trabajan algunos existencialistas, pero a mi me gusta la versión de Heidegger. Es ser está "arrojado" en el mundo y eso supone una angustia existencial.
ME ha gustado mucho tu blog! Espero nuevas letras y volteretas pronto!
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