Y a unos momentos para que varios locos comiencen a suicidarse masivamente o comience el pánico entre los sugestionados no puedo evitar pensar en lo abandonado que he tenido a Blogger, en esa promesa que me hice de nunca dejar de publicar, y no es que me aburra pero creo que se me hace cada vez más difícil poder contar algunas cosas que han quedado sepultada bajo una coraza que me hace sentir bien, y aunque lo intento siempre sale una parte de mí negando lo que puedo escribir.
No cumplí por eso mi meta de 1 000 publicaciones en Blogger, (y ahora que recuerdo creo que olvidé de nuevo por completo el aniversario de Blogui). Pero lo más difícil es ver como uno va creciendo y dejando esas cosas que te gustaban de lado por falta de tiempo, además descubres nuevas cosas que se supone debiste conocer hace tiempo, pero en fin.
Llega un momento en que te das cuenta que ya no eres el chico de 15 años que inició un blog como su único diario que lo acompañaba en su soledad y frustración, en los momentos de alregía y emociones reconfortables, ya no son las mismas palabras dejadas sobre el ciberespacio que engalanaban su lenguaje, y se vuelve un chico con miedo de enfrentar el mundo y creyéndose listo para afrontar algunas cosas, pero sin embargo sigue aquí.
¿Por qué a veces nos limitamos en actuar? Hace poco conocí a una persona que se había cruzado en mi camino tiempo atrás, no mucho, y encontré que eramos muy parecidos, demasiado en algunos aspectos diría yo, y me hizo redescubrir una parte que había dejado, esa parte institntiva de mí que había intentado reprimir porque no era bien vsto, pero que en su momento, como cuando empecé el blog, me dio la base para no dejar de escribir, contar secretos que ahora no sé si podría y seguir adelante por mi cuenta.
La parte cínica y sarcástica que me hacían sentir tan feliz por momentos pero me metía en problemas. Y me pregunto dónde habrá quedado ese chico de 15 años que un buen día le recomendaron crear un blog y creció junto con él como su mejor amigo virtual... quedó muy atrás y no es para llorar, es para celebrar no su muerte sino su crecer, sin él nunca habría llegado al fin del mundo.
¡Salud!
Vendedor ambulante
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Mi vocabulario no viene de la educación formal
Hoy lo revolucionario radica en lo tradicional
Con tantos cambios se pierde tu individualidad
Las modas pasan...
Hace 2 semanas.
1 comentarios:
Si bien ya no somos esos niños, aún tenemos esa chispa, ese tesoro nostálgico que nos hace diferentes. La capacidad para disfrutar de lo que alguna vez escribimos, y de darnos cuenta cuánto hemos cambiado... y de las nuevas cosas que podemos hacer, como lo que ya no podemos hacer. Mucha gente, como decìs en tu otra entrada, solo se preocupa por que comió un poquito de más, o por que se le pasó el colectivo, o por infinidades de cosas superfluas que ningún sentido tienen. Creo que es mas auténtico el cinismo...
Te mando un abrazo compañero, me alegro que hayas vuelto. Y que te hayas prometido nunca dejar de escribir. Yo tengo la misma meta.
Salud!
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