Siempre has sido el más grande y el que tuvo que abrirse camino en el mundo, y no valoraba lo difícil del camino, el miedo a lo desconocido, sólo quería lo mejor para mí, y antepuse mis intereses esperando un ideal, pero no vi como sufrías, siempre esperé que fuera quien me ayudara y aunque nunca me tendiste la mano, recuerdo las veces que lo hacías, sin esperar nada más que mi cariño, y eso recibías, hasta que el egoísmo y la soberbia comenzaba a dejar huella y por mi parte comencé a odiarte.
Siempre eras el que a todos buscaban, con el que todos se llevaba, el más fuerte y grande, el que hacía todo, y a mí siempre me dejaban de lado, por eso quería ser de grande como tú, quería tener todo lo que tienes. Y ahora que he avanzado más en otras cosas me doy cuenta que lo que necesitabas de mí no era tener un seguidor, sino un hermano que estuviera ahí dando lo mismo que yo pedía, ese cariño que se necesita aún en los momentos de felicidad.
Sé que no podré justificarme ni disculparme lo suficiente, pero espero que en el fondo al final podamos dar el paso y volverá la inocencia perdida, donde, como en las fotos de antes, estábamos disfrutando y explorando el mundo juntos, felices no de conocer, sino de compartirlo entre nosotros.
He sido muy mierda en algunas cosas, y mi falta de madurez a entorpecido mucho, pero me dabas la oportunidad y la aprovechaba, pero eso también hace tan interesantes tus pláticas, que sea lo que sea siempre hay algo gracioso para contar; no sé por qué tuveque arrastrar todo esto y darte mi parte de carga para que lo lleves, pero esto no quedará como simples letras en la red, llevaré a cabo esto, aunque me tarde mucho tiempo pero también dame la oportunidad de empezar de nuevo.
Te quiero hermanito, aunque seas el más grande seguimos en el mismo nivel, y aunque no hayas hecho nada malo, dame la oportunidad de volver a ti.
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