Tan fácil para cualquier corazón como el tuyo, que sin pensarlo no le hice caso en su momento, pero al verte de nuevo en el desierto encontré que esa rosa con espinas era lo mejor que podía encontrar.
Me acerqué sin lo que pensaba era ninguna opción, y al contacto un árbol fuerte creció que me protegió. Ahora no sé quién cuidó de quién, lo que sé es que ambos nos fuimos sin raíces y sin existencia, faltó sólo un soplo del invierno para dejar descubiertas las hojas, pero la primavera nunca llegó.
Al avanzar dejemos el desierto atrás, pero el corazón no flota sin dejar atrás sus penas, ninguno lo había hecho pero me diste el apoyo para hacerlo, cargaste conmigo mis peores miedos, mientras encabas mis sueños, y yo intenté hacer lo mismos sin saber cómo resultó.
Sé que al final no hubo final. Pero no hay vuelta atrás, no podré volver a casa porque estás enterrada viva, esperando que alguien te rescaté... y no sé si seré yo.
1 comentarios:
Nuevamente digo que esas emociones tan confusas y desesperadas son lo que nos hace tan humanos, y tan vulnerables.
Saludos!!!
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