Escribiendo parte del final

Basta con lo que dicen, hice todo y nunca se decidieron bien, viví para ustedes y creí morir. Pero al final me encontraron y las heridas sanaron, no me recuperé del todo y aún así enfrenté a la vida, por favor basta con lo que dicen. No soy un santo pero tampoco hice mal, no me llevan al cielo sólo porque no hago lo que dicen, no voy al infierno porque no quiero, ya es suficiente con lo que ha ocurrido.

No voy condenando personas porque no es mi misión. No eres un celador pero juegas bien el papel, no eres Dios pero sabes juzgar, no eres la muerte pero acabaste con mi vida, y aprendí a jugar. No me mataste del todo, sólo me hundiste, pero pude salir, vi la luz y la perdí tantas veces que ya conozco estos pasos.

Destruiste lo que más quería por no tenerlo, sabías que acabarías sin nada y preferiste tener un colchón donde caer, y lo admito, detuve tu caída, pero así como caí más al fondo tú también fuiste abajo. Me levantaba pensando que todo era un sueño y después la realidad me golpeaba en la cara mientras lágrimas caían sin saber si borraban el dolor o alimentaban la ira.

Al final se alejaron pero nunca se fueron. Aún esos fantasmas habitan dentro de mí. Y este juego de felicidad es tan agotador como tu juego de odio. Querías ser como yo pero nunca pudiste, por eso hiciste que me volviera como tú, y aunque probé tu vida espero que estés preparado porque te va de vuelta.

Hice todo lo que pude, incluso caí a tus pies, pero ahora dejo a mis demonios, me di cuenta que los perseguí para encontrarlos, no para destruirlos. Es tiempo de que veas tus demonios y veas que no huyen de ti, sino te persiguen y pronto estarás más cansado de lo que admites.

Te he visto llorar en las noches, te he visto pedir misericordia a los dioses, te vi llorar pero no dije nada, sólo me miraste con ira, algo que nunca había visto, y sentí como era caer a la nada.

Pero mira, sigo aquí y los ángeles han caído.