Los ríos de la vida.

Metafóricamente se podría comparar un río con una persona y su trayecto con su vida, algunos son cortos y otros muy largos, la mayoría se une a otro y terminan formando uno grande, algunos son muy importantes otros dan lástima ver cuan contaminados están, algunos son rápidos y otros lentos, fuertes y débiles... al igual que la vida de las personas, algunas duran mucho otras se rinden fácilmente, otras luchan y no logran mucho y algunos más sólo piden y tienen al mundo. Aveces los ríos comienzan en pequeñas cuevas, frías y oscuras pero terminan albergando vida y dando un maravilloso paisaje, otros más nacen de una bella cascada pero terminan en un lago contaminado sin salida; la mayoría de los ríos llegan a un mismo destino: el mar, pero muchos unen sus corrientes con otra para formar ríos más fuertes y largos hasta que llegan al mar de ellos aveces salen pequeños arroyos. Como la vida los ríos pueden llevar a cuestas muchas dificultades, aveces, cuando hay tormentas, arrasan con todo sin importar el daño que hacen, otras veces sólo albergan alimentos para que otros los aprovechen, otros más no son más que aguas negras contaminadas por otras personas, pero cada río es un misterio, cada uno tiene un curso diferente, lleva sus propias piedras arrastrando en el mar, algunos tienen la suficiente fuerza para llevarlas hasta el final pero muchos las dejan en el camino y se va bloqueando el curso del agua y sólo quedan tres opciones: secarse, cambiar de curso o aumentar, los más débiles eligen secarse, los que no se preocupan eligen cambiar de curso pero aveces los llevan a tierras áridas donde son tragados por la tierra y los últimos son los que esperan que llegue más agua para sobrepasar la altura de las piedras y seguir.



Sea cual sea el río que seas recuerda que no todos los caminos llevan al mar.